Ya estoy cansada.
Me encuentro en ICON ( la publicación para los machotes modernos de EL PAÍS) un artículo del escritor Miqui Otero que….
- Oye, Margaret ¿este Miqui no es el mismo gordito que cantaba con Los Sencillos aquello de “O, ooo oooo, Bonito es…”? Lo digo porque como ahora los escritores son todos muy polifacéticos…
- No me interrumpas, Daphne, que estoy comenzando la faena y hoy seguro que me sacan a hombros con las orejas y el rabo de estos tíos en la mano. El gordito cantarín se llamaba Miqui Puig, nada que ver.
Que decía yo –antes de que la marisabidilla de Daphne se entrometiera- que Miqui Otero se ha marcado un artículo titulado “Por qué el fenómeno literario de los últimos años no llega a España” . En el título y en la entradilla, “Una novela de 1965 se ha convertido en improbable ‘best-seller’ en EE UU en varios países de Europa… menos España”, se deja claro que se va a explicar -o se va a intentar- el motivo por el cual Stoner, del estadounidense John Williams, se ha vendido mucho menos en España que en los USA y en otros países europeos. Pues… que si quieres arroz, Catalina.
Para que no me acusen de pesada a mí también, les copio aquí abajo dos comentarios a este artículo que se pueden leer en la web de ICON:
Miguel Ángel Ramirez, hace 8 horas, ha escrito:
Ni se explican remotamente (a pesar del titular) las razones del pobre éxito del libro, ni las de que tenga éxito en otros países (me pregunto yo si la editorial al cargo y su capacidad promoción no tendrán nada que ver). Encima, el texto de la noticia es pedante. Un horror.
Fernando Hervás, hace 12 horas, comentó:
Francamente confusa la reseña. Parece que el Sr Otero desea más mostrar sus muchas lecturas de novelas “de campus” que de informar sobre ésta que presenta. Lo dicho por Vila-Matas al respecto, muy elitista.
Contra pronóstico aún quedan lectores inteligentes en EL PAÍS.
La sargento Margaret
Podría cerrar aquí mi “post” porque Miguel y Fernando tienen más razón que un santo, pero ya me conocen. Discrepo ligeramente del primer comentarista. Entre tanta erudición Miquioteriana sí se incluye una razón del poco éxito del libro en España. La aporta –quién si no- Enrique Vila-Matas:
“Es, además, una discreta oda al trabajo bien hecho. Stoner lo han comprado 20.000 personas en nuestro país. Que amen el trabajo bien y hecho y sepan leer de verdad debe de haber 30.000 personas en todo el país. Las demás, ramonean por las praderas. Por eso estamos tan mal”.
Eso dice Vila-Matas. Otra vez el mismo tema de la alta literatura y los lectores cultos. Según don Enrique, libros como Stoner no se venden más porque somos todos unos borregos. Resumiendo.
Es curioso que hace unos años la cifra de “buenos lectores” estaba en 10.000. ¿Se ha incrementado de verdad el número de españoles cultos, o se ajusta la cantidad en función de las circunstancias? Lo digo porque, claro, volver a decir que en España sólo hay 10.000 lectores de alta literatura no cuadraría con los 20.000 volúmenes vendidos por el señor Williams.
¿Cómo se obtiene esa cifra?
A veces sospecho –y no quiero ser mal pensada- que los escritores llamados “de culto” (que suelen ser los que sacan el tema) llegan a ese número con base en el dato de los libros vendidos por ellos mismos. Si Vila-Matas, que se considera a sí mismo el único escritor que debería consumir un buen lector español de “high literature”, se enteró por el Nielsen –o por su agente- de que sólo vendió aprox. 10.000 libros de su novela más exitosa, deduce con esa lógica aplastante que él gasta que no hay más lectores, fuera de los que compran sus libros, que valgan la pena. Y los demás “ramonean –ramoneamos- por las praderas.” Y “por eso estamos tan mal”.
Ya tenemos –lo hemos deducido nosotras solas, sin calculadora- la solución de todos los males del mundo editorial español: compren los libros de Vila-Matas. Hagan colas en el Corte Inglés; demanden a su librero más libros de Vila-Matas. Hasta que Vila-Matas no venda lo que María Dueñas, España no saldrá de su crisis económica, institucional y editorial. ¡¡Vila-Matas for President!!
Lector de alta literatura con su libro de Gaddis y
La sargento Margaret disfrutando de Ken Follet
Ya lo sabe, querido lector; dese por enterada, estimada lectora: Enrique Vila-Matas, si es usted de los que disfruta con los libros de Ken Follet, Ruiz-Zafón o Matilde Asensi, lo considera merecedor del mismo respeto que una vaca o una oveja.
“Ramonear”, según la RAE, significa: “Dicho de los animales: Pacer las hojas y las puntas de los ramos de los árboles, ya sean cortadas antes o en pies tiernos de poca altura”
“Ramonear” es sinónimo de pacer, pastar y rumiar.
Recuerde, querido lector: cada vez que abra un libro de John Grisham o de Frederick Forsyth, lo que usted se dispone a hacer, según Vila-Matas, no es leer, sino algo equiparable a pastar o rumiar. Como las lindas ovejitas del campo. ¡Qué bucólico!
A ver si el éxito de “Intemperie” de Jesús Carrasco tiene que ver con esto. A que va a ser eso. Lo tenemos que meditar…. Vengan mañana, a ver si hemos resuelto este silogismo.
La Patrulla de Salvación según Vila-Matas
IMPORTANTE: No dejen de leer los comentarios (aquí) al artículo de Miqui Otero. No vean la caña que les meten al autor y a Vila-Matas. Al primero por pedante, por errores gramaticales y de estilo. Al segundo por lo de siempre. Parece -después de tres largos años de dar la batalla desde este blog- que los lectores de literatura en castellano están reaccionando.
¡¡NO PASARÁN!!
¡¡EL LIBRO Y LA BUENA LITERATURA VENCERÁN!!
